Autor: Luis Alberto Torres
Editorial: A89
Reseña: Desde el hecho de saber que para muchas personas más fue peor que lo que ha sido para mí; de que para muchos puedo parecer un privilegiado por cosas simples que para mí tienen otro significado. Eso no quita lo descarnada de nuestras realidades latinoamericanas de sujetos históricos no reconocidos, o reconocidos en circunstancias de su utilidad, de su valor, de sus "vías de desarrollo".
Desde el auto rojo de mi vieja y las canciones de Isabel Parra que se repetían en nuestras voces de niños cuando íbamos en camino a Curicó, a ese paraíso eterno del juego, la fantasía y la libertad. Desde la casa de mi abuelita, repleta de primos, primas, tíos, tías; desde el triciclo que mi abuelo arreglaba cada vez que lo rompíamos, desde las tardes de tirarnos agua con la manguera, a pata pelada, al lado del palto. Desde aquellas fiestas en que todos bailaban y nosotros nos quedábamos dormidos en la alfombra, al lado de la estufa a parafina encendida. Desde las navidades tristes, comiendo arroz con huevo a la sombra de un padre ausente. Desde los recuerdos del esfuerzo de mi madre por sacarnos adelante. Desde todo aquello que se porta en la memoria y se vuelve eterno no sólo por su repercusión, sino por aquello que imprime en lo que hay detrás de nuestra mirada.
Desde la apertura de nuevos caminos, desde el aprender a utilizar palabras para reconocer cosas que ya sabías que existían pero que ahora adquieren una identidad, adquieren un nombre. Desde las cuentas impagas a fin de mes heredadas junto a la profesión de mi madre. Desde el cariño de quienes fueron mis estudiantes y la experiencia conflictiva de intentar ser profesor dentro de una estructura concebida para la normalización.
Desde una tierra lejana, desde las luces y los templos, desde un caminar de piel tercermundista por los suelos inmaculados del olimpo. Desde lo contradictorio. Desde el amor siempre inmenso que aprendo cada día contigo.
Desde el minuto en que renuncio todos los días a lo que más amo. Desde aquellos minutos, que multiplican sus existencias, en que inauguro otra vez aquello que duele, aquello que no tiene solución. Desde esta herida siempre abierta. Desde aquella experiencia que divide el cuerpo en dos partes, dos partes separadas por un océano que se atraviesa una vez por año. Desde todo aquello que siento y me atormenta cuando decido cada día estar lejos de ti.
Desde la experiencia de aprender a interpretar las cosas sin pretender entenderlas.
Desde todo esto y otras cosas más que se me quedan en el tintero viene este libro titulado "Fragmentos y reparaciones de un viaje inconcluso". Amalgama entre dos momentos. No sólo entre el día y la noche, la conciencia y lo onírico; sino también entre un pasado y un momento relativamente nuevo; entre un pasado vinculado a un territorio y la historia de su gente y un respirar cotidiano que obtiene su oxígeno en tierras que, para mí, son nuevas.