Autores: José Ignacio Cartagena C., Juan Rafael de la Fuente V. Giorgio Salvo P.
Editorial: Cinco Ases
Reseña: Pocas alegrías tienen para contar los pocos hinchas de Cobresal. Un equipo humilde, sin mucho presupuesto en un pueblo perdido en el inmenso desierto chileno, con menos habitantes que la capacidad de su propio estadio, El Cobre de El Salvador. Además, siempre era asociado al descenso, pero increíblemente siempre zafaba y permanecía año tras año en la división de honor. Sumado a todo esto, es un conjunto sin grandes nombres y alejado de los flashes de la prensa. Sin embargo, con fortaleza, humildad y sobre todo buen juego, pudo en 2015 alzarse como campeón del fútbol chileno por primera vez en su historia. 
El equipo que sólo quería evitar el descenso a inicios de aquel torneo, cuya sobrevivencia pende de una decisión de negocios de Codelco para mantener con vida a El Salvador y que siempre debió mirar como Cobreloa se llevaba todos los aplausos, a partir de ahora también debe ser mirado para arriba.
Lo que no lograron Iván Zamorano, Nelson Pedetti, Sergio Salgado y Rubén Martínez, lo consiguió un modestos puñado de jugadores, cual más desconocido que el otro.